–El secreto –recuerdo como si fuera ayer lo que me dijo –es pedir la salsa de la birria para ponerla en la barbacoa. Maribel abrió sus ojos, pequeñitos pero redondos como platos y sonrió trabando su mandíbula como quien revela verdades místicas.
Cómo matar a un animal dos veces
¿Si un restaurante de comida estadounidense no puede ofrecer unas papas fritas decentes, qué tanto se puede esperar?
Una cosa bella es alegría por siempre
No hay nada más confiable y temible que la belleza.
Los narcotraficantes son todos imbéciles y feos, pero los sicarios lo son más
Yo no cabía en mí de alegría, tras años de comer en restaurantes chilangos en donde el producto más fresco tiene ya una semana en el congelador.