–El secreto –recuerdo como si fuera ayer lo que me dijo –es pedir la salsa de la birria para ponerla en la barbacoa. Maribel abrió sus ojos, pequeñitos pero redondos como platos y sonrió trabando su mandíbula como quien revela verdades místicas.
–El secreto –recuerdo como si fuera ayer lo que me dijo –es pedir la salsa de la birria para ponerla en la barbacoa. Maribel abrió sus ojos, pequeñitos pero redondos como platos y sonrió trabando su mandíbula como quien revela verdades místicas.