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Los cinco cafés que frecuento en Chihuahua (y que son siete)

Por: Guso Macedo Pérez | @cronicadeguso

Lo único que sé acerca del café es que me gusta muchísimo. Son muy pocas las veces que lo pido para llevar: he aprendido a detenerme a disfrutar de la taza recién preparada y a beber con cuidado. Esta afición me ha llevado a conocer a baristas y dueños de cafés que me comparten su experiencia y el cariño que le tienen al grano y al proceso.

Estos son los cafés de Chihuahua que más visito, ordenados no por preferencia ni alfabéticamente, sino por el número de visitas que registré en Swarm durante el último mes.

Kaldi Café

Tiene cuatro locaciones y en ellas he tenido entrañables conversaciones con gente detrás y delante de sus barras. Quienes sirven café en Kaldi son personas profundamente orgullosas de lo que hacen. Además, tienen el Negro Blanco Café, una cafetería de alta especialidad con un menú complejamente sencillo y donde cada visita se puede descubrir la historia y el sabor de algún grano de primera calidad. Qué suelo pedir en Kaldi: nada: en cuanto entro el barista me saluda y me sirve mi americano mediano con dos cargas de expreso.

Marro Café Hornero

Cuando menciono a Marro en Instagram suelo usar el adjetivo “pintoresco”. El café está en un minúsculo local en el Parque Fuentes Mares y, si ignoras el ruido del Vivebús y miras solo hacia el frente, puedes pensar que estás en un bosque. El dueño del Marro —formado en Kaldi— ha experimentado para presentar opciones que van desde lo muy técnico hasta lo sumamente divertido.  Qué suelo pedir en Marro: el americano filtrado, o expreso tónico si tengo calor.

Cafetería Azares

Otro lugar pequeñito y acogedor donde el exquisito gusto de su dueño se refleja en las bebidas, los alimentos y los materiales gráficos que desarrolló para sus clientes. Entrar a Azares es como entrar a la cocina de buenos amigos… buenos amigos que saben preparar cafés chingones. Qué suelo pedir en Azares: un americano en V60.

Foxtrot

Cuando comencé a dar clases solía llevar mi propio café en un termo. Luego llegó Foxtrot a la escuela. Desde que vi la máquina y las básculas supe que eran gente que se tomaba en serio la responsabilidad de hacer café. Desde hace poco cuentan también ya con su propia cafetería, así que puedo tomar su café por las tardes y los fines de semana. Qué suelo pedir en Foxtrot: un americano expreso para la primera clase y un expreso doble para la tercera.

Tr3s Cero Uno

Cualquier mente básica dirá que en Chihuahua no funcionaría un café de alta especialidad. Pues, ¡hey! hay tres. El Tr3s Cero Uno me da un espacio cómodo para escribir, para charlar con su dueño y, obvio, para probar granos que siempre se sirven con fervor y compartiendo sus historias. Qué suelo pedir en Tr3s Cero Uno: sólo digo “Ponme algo buenísimo que no haya probado”, igual que en el Negro Blanco.

El Ícaro también está muy bien.


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